La nueva misión de U2 (artículo completo de la Revista TIME)

Los cuatro evangelistas quieren persuadir a valorar la música nuevamente, ¿regalar su disco nuevo ayudará a la causa?

Ellos suele tocar maratónicos shows en estadio repletos, pero en la mañana del 9 de septiembre, Bono, Edge, Adam Clayton y Larry Mullen Jr, conocidos colectivamente como la banda irlandesa dominante del mundo, U2, interpretó una canción en un sencillo escenario con un soñoliento auditorio de unos 2300 geeks, inversores y periodistas.

El público en el Flit Center en Cupertino, California, pudo haber parecido intrascendente, pero millones vieron a U2 en la transmisión en vivo. O lo intentaron, la transmisión online se entrecortó bajo la presión de la gente registrándose para descubrir lo que el gigante tecnológico Apple, el evento anfitrión, estaba dispuesto a revelar. En el escenario, el CEO de Apple, Tim Cook, dio a conocer el sumamente anticipado reloj inteligente, a continuación llamó a las cuatro estrellas de rock para desvelar su nueva creación. Los primeros acordes anunciaron a “The Miracle (of Joey Ramone)”, el primer single de Songs Of Innocence, el 13er disco en estudio de U2, que, como el Apple Watch, se había rumoreado pero hasta ese momento no se había confirmado.

La enorme sorpresa vino enseguida cuando la banda terminó de tocar. En minutos, los más de 500 millones de suscriptores del servicio de música de Apple, iTunes, comenzaron a recibir Songs Of Innocence en sus cuentas, pagado por Apple y entregado de forma gratuita.

Tradicionalmente, los singles son lanzados antes que los discos para generar un demanda antes que el disco esté disponible digitalmente y en formatos físicos como los CDs, a un costo. Pero la tradición no cuenta más en una industria que ha visto cada modelo de negocio vencido por internet. Alguna vez, los músicos hicieron discos para hacer dinero, dependieron de las giras para promover las ventas de discos, pero en estos días solo graban discos para atraer a los fans a los shows en vivo. La música, fácilmente pirateada y de libre acceso en sitios legítimos como YouTube, es a menudo un “producto gancho”.

Apple y U2 han unido fuerzas en un momento crucial para ambos. Cada uno tiene algo que probar, y cada uno tiene algo que darle al otro. Apple se enganchó con una de las bandas más grandes del mundo, dando a U2 el sistema de distribución final del disco. Pero las glorias del pasado pueden ser una carga. En el Flint Center, Apple silenció a los escépticos con sus impresionantes productos nuevos cuando la compañía finalmente emergió de la sombra de su fallecido fundador, Steve Jobs. Entonces estaba U2 para probar que aun podía igualar a sus puntos máximos. El adorable y complejo Songs Of Innocence de la banda, que llevó 3 años y medio en su realización, debe pararse frente a anteriores triunfos tales como Achtung Baby y The Joshua Tree. Los compañeros de banda ahora están promediando sus 50, cercanos a las 4 décadas en sus carreras, pero la ambición quema más feroz que nunca. “A veces siento que estamos compitiendo mucho con nosotros mismos,” admite Edge. Se preocupa que TIME ha descripto al disco como “muy, pero muy bueno.” U2 solo se ubica en la grandeza.

Después del show de Apple, los miembros de U2 arribaron al Hotel Los Gatos de Silicon Valley para un almuerzo de celebración. Ellos creen en el disco, y sus invitados, que incluyen a estrellas de la música como Gwen Stefani y will.i.am, las modelos Lily Cole y Liberty Ross, ejecutivos de Apple y magnates de la música, con entusiasmo afirmaron esa fe. Pero incluso en el medio de las celebraciones, los comentarios rencorosos ya estaban apareciendo en las distintas redes sociales, bastardeando al disco que apareció sin consentimiento en las librerías de iTunes y caracterizaron al acuerdo de U2 con Apple como un pacto con el diablo que enriquece a la banda mientras devalúa a la música por no cobrarles nada a los consumidores. “¿En serio ellos están haciendo una ‘publicidad’ del disco nuevo de U2? ¿Están sugiriendo que tenemos una opción?” preguntó otro rockero, Dave Navarro de Jane’s Addiction, en Twitter. El 15 de septiembre, Apple, ante las quejas de sus usuarios que luchaban por remover el disco de sus librerías de iTunes, publicó una herramienta para que pudieran borrar lo que Bono ha descripto como “la sangre, el sudor y las lágrimas de unos tipos irlandeses.”

La burla no es nada nuevo para U2. Las incesantes campañas del líder a favor de los más pobres del mundo le ha hecho ganar el mote de San Bono. Pero el cantante no es en absoluto el único evangelista de esta banda. Los cuatro miembros tienen como objetivo persuadir a los consumidores del valor de música una vez más, para beneficio potencial, sí, de U2, pero también de todos los músicos. Conseguir que Apple les pagara millones por su nueva música es solo una salva de apertura en una nueva colaboración con la compañía tecnológica. Grandes esperanzas se posan sobre un nuevo formato digital secreto que están desarrollando con Apple que esperan atraerá a confiables consumidores pagos nuevamente, impulsando la industria de la música, y quizá, incluso, salvándola.

“Durante la última década, la ‘interweb’ se ha salido con la suya con la música,” dice Bono en un discurso improvisado en el almuerzo, abriendo sus brazos ampliamente como si saludara a una audiencia de un estadio. “Hoy daremos vuelta eso.”

Buscando salvación

Los miembros de U2 siempre han estado preocupados con salvar cosas, empezando por ellos mismos. Ellos estaban en una mala forma cuando se reunieron por primera vez en la casa de los padres de Mullen, después que él pusiera una aviso en su escuela Mount Temple en Dublín, buscando músicos para formar una banda. Juntos descubrieron una alquimia, más un nombre burdo, The Hype, luego cambiador por otro sin sentido. (La banda se volvió famosa antes que tuvieran la oportunidad de cambiar nuevamente su nombre).

Songs Of Innocence, el disco toma el nombre del libro Songs Of Innocence and Experience de William Blake, grafica las emociones de la infancia como el descubrimiento de la música de los Ramones y The Clash. También explora las primeras tribulaciones, que matizan incluso los temas rápidos con melancolía. La inherente contradicción de U2 despachando “su disco más íntimo” a todos aquellos con una cuenta de iTunes le da a Mullen “un poco de cosquillas,” según dice el mismo baterista. Una presencia irónica, contrapone las pasiones volubles de Bono, la instintiva modestia de Edge y el relajado encanto de Clayton.

La banda no dijo cuánto le pagó Apple por Songs Of Innocence, pero una fuente de la compañía discográfica reveló que el gigante tecnológico se comprometió con más de 100 millones de dólares para una campaña de marketing. El lanzamiento sorpresa, también, ha reavivado el catálogo de U2, con viejos discos reingresando los rankings de iTunes en todo el mundo. Son buenas noticias para la banda, pero el dinero nunca los impulsó. “Prefiero estar en el otro lado de la barricada,” dice Mullen, referenciándose a las épocas cuando trabajar para vivir era una obligación, no una opción. Esos valores, de seguir buscando, de seguir esforzándose, los impulsa hoy: la banda se fue derecho al estudio después de la excursión por Cupertino, a finalizar una versión acústica de Songs Of Innocence, que será lanzada junto a un CD y canciones extras el 13 de octubre en la mayor parte del mundo, y un día después en Estados Unidos.

Cuando U2 se reunió, Mullen ya había perdido a su joven hermana por enfermedad. A los 15, poco después que la banda se formó, tuvo que hacer frente a la muerte de su madre en un accidente automovilístico. Bono entendió su dolor. A los 14 años de edad, el cantante había asistido al funeral de su abuelo, solo para ver a su madre Iris colapsar en el cementerio. Ella murió unos pocos días después. La conmemora en Songs Of Innocence con la balada “Iris (Hold Me Close)”. El trauma dejó a Bono con una rabia que aun aprovecha creativamente. “Pero ya no dejo que me gobierne.”

Por su parte, Clayton había sido desarraigado de Irlanda a Inglaterra y consignado a internados antes que una expulsión de estas instituciones lo llevara a Mount Temple. Edge no puede señalar fácilmente por qué se sentía alienado, pero era, de acuerdo a sus palabras, un solitario “raro”.

La banda proporcionó consuelo y la oportunidad de reinvención: el adolescente Paul Hewson se volvió Bono; David Evans pasó a ser Edge. La religión también levantó al grupo, aunque no de la forma provista por la Iglesia Católica. Un tema llamado “Sleep Like a Baby Tonight”, sobre un sacerdote pedófilo, refleja la brutal realidad de la Irlanda que U2 conocía de chicos. Mullen aprendió a tocar la batería como parte de una banda de música tradicional y recuerda el fracaso de los adultos al preguntar por qué uno de los otros chicos músicos, víctima de una abuso sexual, se había vuelto tan traumado al hablar.

Clayton, ampliamente el único ateo en U2, desbarata esa idea. Si bien tomó con entusiasmo el estilo de vida del rock, tanto que terminó en rehabilitación en los 90, dice que “probablemente como el resto de la banda” ve “un núcleo de una idea en la religión organizada que es atractivo, pero la forma en como se hace en la sociedad suburbana no me tocó en absoluto.” Como un escolar infeliz, literalmente oró para ser músico.

Sin embargo, no siguió a sus tres compañeros en la secta cristiana carismática llamada Shalom. Paul McGuinness, que manejaba a la banda desde sus primeros días hasta su retiro en 2013, tuvo que poner frenó cuando Bono, Edge y Mullen anunciaron, bajo la influencia del Shalom, que la vida del rock era incompatible con la religión. Fue en 1981, el disco debut de la banda, Boy, estaba en su apogeo, y ellos recientemente habían firmado para grabar al sucesor. “Dije, ‘Si Dios tiene algo que decir acerca de nuestros planes, hubo tiempo en el que tuvo que haber hablado, hace unas semanas, cuando estábamos firmando el contrato’,” recuerda McGuinness.

La fe que amenazó con romper a U2 en sus inicios, ahora sostiene a la banda. “Probablemente me salvó de mi mismo, al final, porque al estar en esos ambientes, tienes que poder despertar en la mañana y empezar un día nuevo fresco y limpio,” dice Mullen.

Sin embargo, la percepción de piedad puede ser una cruz que soportar para U2. Las campañas de Bono a través de ONE, la organización de defensa que cofundó para combatir la pobreza, y su organización hermana (RED), que aprovecha el comercio para luchar contra el SIDA, puede parecer que contradice el espíritu salvaje del rock. Su sofisticada comprensión de los mecanismos que causan y mantienen la pobreza global, y su determinación para movilizar la ayuda a través del espectro político para desarmar esos mecanismos, crea yuxtaposiciones discordantes. Es difícil ser moderno cuando se está tratando de simpatizar con el expresidente George W. Bush, o invitando al senador archiconservador norteamericano Jesse Helms a uno de sus conciertos.

Helms aceptó, para disconformidad de Edge, que se oponía visceralmente a la política representada por el fallecido Helms. Puede que haya quejas, pero el resto de la banda está en paz con el trabajo extracurricular de Bono, tolerando el impacto a su imagen como parte de un compromiso duradero en apoyar al otro.

Familia Extendida

U2 siempre ha destacado la melodía durante el rugido del postpunk. Coldplay, a veces, puede ser confundido como una banda tributo a U2, pero solo U2 suena exactamente como U2. La guitarra de Edge sonando es tan instantáneamente reconocible como la voz empapada de emoción de Bono; Clayton y Mullen forman una sección rítmica que es inesperada en su ataque, de buena manera. La composición de Bono, Edge dice que él establece “un montón de ganchos y estribillos” antes que Bono agregue “la melodía principal y las letras”, produce música que puede envolver o dispararse para llenar grandes espacios.

“¿Quieres tocar en estadios? Escucha a U2,” dice will.i.am, cuya band, Black Eyed Peas, se ha beneficiado de ese consejo. “Estudias las armónicas, la colocación vocal, las locas progresiones de acordes, sus letras. Estudias la producción. Lo estudias porque estudiando eso equivale a estadios.”

Algo más marca a U2 en una industria legendariamente rudimentaria. Después de 38 años de sudorosa proximidad, sus miembros realmente aun se sienten bien entre ellos. Durante la grabación de Songs Of Innocence, compartieron alojamientos, haciendo frente a excentricidades de unos y otros, Edge componiendo, a alto volumen, en el medio de la noche; Mullen tan noctámbulo que lo han llamado Drácula. Es una sitcom esperando a ser filmada.

Ellos han tejido vidas familiares entre su existencia nómada de estrella de rock y para esa fundación agregaron capas de viejos amigos que trabajan para la banda, o colaboran, o simplemente pasan el rato. Bono llama a salir de gira, y no hay banda en el planeta que tenga giras más grandes que U2, “llevar una pequeña ciudad en la ruta”. En otras ocasiones, se limitan a llevar a un pueblo. En 2005 la banda viajó desde los Estados Unidos a La Haya para celebrar el cumpleaños 50 de su viejo amigo y colaborador, el fotógrafo y cineasta holandés Anton Corbijn. Con ellos trajeron a viejos compañeros de Dublín que incluyen a Reggie Manuel, que alertó por primera vez a Bono de la nota de Mullen en el tablón de avisos del colegio y que en estos días es el proveedor óptico de las gafas marca registrada de Bono. (El código para ingresar al Flint Center antes del lanzamiento de Apple era “sunglasses” [anteojos].) La banda lo llama Manuel “Perro Loco”. Guy Oseary, el manager de U2 desde la salida de McGuinness, se ha convertido en “Guy Oh So Serious” [Guy Oh Tan Serio].

El universo de U2 no tiene mayor honor que ser galardonado por un sobrenombre, y Oseary, que también maneja a Madonna, parece haber calzado fácilmente los zapatos de McGuinness. Él es entusiasta acerca del futuro de U2. “Tienen muchas cosas que están planeando hacer, y hay anuncios viniendo próximamente,” dice Oseary el día después de Cupertino. “No hay desaceleración en este tren.”

¿Bala Mágica?

Oseary puede estar en lo cierto, pero en este momento de máxima exposición, U2 coquetea con una gran fracaso, tal como la banda lo hace, al apuntar tan alto. Para ellos no es suficiente mantener el muy, pero muy bueno e incluso grandes, discos y llenar estadios. Ellos quieren arreglar a la industria que le ha dado tanto a ellos.

Cada año desde el lanzamiento del iTunes Store de Apple en 2003, las ventas de música en formato físico han declinado. En los Estados Unidos, Nielsen Soundscan registra caídas en las ventas de CDs del 18.2% al 19.7% cada año desde 2007 a 2010. Las descargas digitales legales vendidas por compañías como Apple no solo pagan a los artistas menos por transacción sino que también fomentaron el cambio cultural en donde los consumidores compran más canciones individuales que discos completos. Los servicios de streaming interactivos tales como Spotify o Beats, este último propiedad de Apple, se están expandiendo pero generalmente pagan centavos a los artistas. Mientras tanto, cualquier persona que quiere disfrutar de música gratuita puede fácilmente hacer una búsqueda un sitio pirata o visitar YouTube. Toda una generación ha crecido sin el hábito de comprar y ser dueño de música.

Estas tendencias han dado a U2 “unos años de miedo”, dice Bono, citando la decisión de la banda en los primeros días del exitoso acuerdo de bajar las tasas de regalías a cambio de ser los dueños de las propiedades de sus futuros trabajos, un arreglo que tenía sentido antes que las ventas disminuyeran. Los miembros de la banda tiene otras varias maneras de generar ingresos además de vender discos, merchandising, promociones, films, video juegos y publicidades; y por sobre todo, actuaciones en vivo. Para cuando la gira U2 360º terminó en 2011, había vendido más de 7 millones de tickets para transformarse en la gira más grande de todos los tiempos de cualquier artista o banda medida tanto por asistencia de público como de ingresos por taquilla.

En la sala de espera en Cupertino después del evento de Apple, Bono declara que, “No creo en la música gratuita. La música es un sacramento.” Pero en el caso de Songs Of Innocence, fue un sacramente entregado desde el escenario de un evento de marketing de Apple, que continuará siendo impulsado por avisos que celebrarán tanto a Apple como a U2. Eso tiene a algunos críticos denominando de herejía al acuerdo. No tanto, dice Edge. El lanzamiento fue “en realidad increíblemente subversivo. Es realmente punk rock, es realmente perturbador.” Bono, con la grandeza que lo ubica rutinariamente en problemas, compara la relación entre Apple y la banda, que lleva años, al patrocinio de los Médici de Miguel Ángel, riendo entre dientes cuando se le señaló que los oponentes de la compañía tecnológica bien podrían aceptar el paralelismo con la dinastía florentina.

“La industria de la música está en su punto más bajo,” dice, “y los rankings están rotos,” reflejan solo las cantidades menguantes de música por la cual se paga en vez de la totalidad de lo que se está consumiendo. U2 ve el lanzamiento de iTunes como una manera de aprovechar lo digital en vez de aceptar pasivamente la situación actual. Un repunte inmediato de ventas del catálogo de U2 avala la estrategia de negocio detrás del acuerdo, incluso cuando el mensaje salió mal. Pero está planeado un mayor golpe de efecto. Habrá una gira mundial en 2015, y otro disco que se encuentra en desarrollo, un pieza acompañante de Songs Of Innocence llamado Songs Of Experience.

De por sí, eso sería una buena noticia para los fans de U2, pero Bono también esboza las líneas maestras de un nuevo formato que Apple y U2 están desarrollando. La banda está trabajando con Apple para crear “un formato interactivo audiovisual para la música que no podrá ser pirateado y devolverá el diseño de arte en su manera más poderosa, donde se pueda escuchar con las letras detrás de las canciones cuando estés sentado en el subte con tu iPad o en esas grandes pantallas planas. Podrás ver fotografías como nunca antes lo hiciste.”

Bono mira de reojo a la neblina de calor californiano como si una visión brillara encima de él: la salvación para los músicos que trabajan en todas partes, ya que los consumidores pagan de buena gana su propia música nuevamente, y no solo temas individuales digitales sino que discos enteros. “Estamos a unos 18 meses de eso,” dice. “Creo que Songs Of Experience será lanzado en un nuevo formato. Y creo que va a ser muy emocionante para el negocio de la música.”

Apple no es tan locuaz como el líder de U2; la compañía dirá solo que “declinan hacer comentarios sobre planes de futuros productos.” Algunos saltos tecnológicos hacia delante han transformado la industria de la música; otros se hundieron sin dejar rastros. (¿Recuerdan el Stereo 8, los tapes DAT y los minidiscs? Probablemente no.) Y cualquier forma nueva de disfrutar la música estaría nadando contra la corriente, la tendencia de alejarse de comprar y tener contenidos propios, grabaciones, películas, shows televisivos, y hacia el streaming desde la nube de lo que queramos, y cuando sea que lo queramos. Pero una cosa es clara: no por primera vez, U2 está en una gran misión, quizá la más grande hasta el momento. No será suficiente si su próximo disco es genial. Bono, Edge, Clayton y Mullen quieren que Songs Of Experience salven, también, a toda la música. Ellos pueden fallar, pero eso no impedirá que lo intenten.

Gracias a Javi Losana por el scan del artículo completo